martes, 14 de octubre de 2014

UN TINTINEO EN LA LEJANÍA (Réquiem)

Era 01 de Noviembre de 2013. Nunca olvidaré aquella fatídica llamada que anunció tu desventura. Me costó trabajo asimilar aquella sinrazón. Estuve toda la mañana pensando que quizás todo era una broma, una mala broma. Pero conforme iban pasando las horas, la noticia se confirmaba una y otra vez.

Escuchaba las versiones de lo que te ocurrió y que me iban llegando de tu familia, de los amigos, de los vecinos...etc. Pero en mi inmensa desolación me decía que cómo podía ser, cómo te ibas a ir sin despedirte. Es que no podía ser así, uno no se va sin decir adiós, un hasta luego o me hubiera conformado con un ...
                                                 ¡ Ya nos veremos, amigo !

Ha pasado casi un año ya y aquí nadie te olvida. Te nombramos casi a diario, que si Fco. Jesús por aquí y por allá.

Todas la mañanas me gustaba cuando venías a darme los buenos días, adornando el ambiente con aquel tintineo de la cuchara de tu vaso de café para preguntarme si yo quería el mío también.

Me dabas los buenos dias y me preguntabas “ Qué tal... “ con aquella mirada picarona porque sabías que yo te diría a continuación que el Betis era KK y me gustaba escuchar como relatabas mientras te alejabas camino del bar de Antoñín diciendo que ya no me traías el café más, que con su Betis no se metía nadie, que era sagrao!.


Ay amigo, que tras tu partida dejaste un vacío en nuestros corazones. Toma tiempo poder recuperarse, pero esa sensación de tristeza puedo aplacarla recordando los mejores momentos que vivimos día a día.
Fueron muchos años a tu lado.

Te portabas muy bien con mi mujer e hijos y a mi me alegrabas los largos días. Eras simpático, alegre y dicharachero y me gustaba ver como te derretías por tus hijos. Con tu mujer también se palpaba el amor entre ambos, vuestras miradas os delataban.

Recuerdo aquel año que nos fuimos de vacaciones al hotel juntos con nuestras familias. Nos lo pasamos de escándalo. Cuando nos levantábamos a pedir a la barra y pedíamos doble para no tener que levantarnos en un rato y así perder el tiempo riéndonos y contando nuestras batallitas de la mili.

Pero ahora me doy cuenta que no eran tiempos perdidos, sino experiencias que nos enriquecían y nos sacaban risas y carcajadas recordando aquellos intensos momentos, y daría lo que fuese por repetir aquellos instantes, porque junto a ti no había penas, todo eran risas.

Fuiste un maravilloso amigo que siempre me brindó su ayuda y es por eso que siempre te extrañaré, tu espíritu descansa en el cielo pero siempre estarás en mi corazón. Siempre hacías cosas buenas, te encantaba sonreír en lugar de demostrar tus penas, esto te convirtió en un hombre verdaderamente valiente.

Nadie pensó que te irías de este mundo tan rápidamente, pues en el destino está escrito que tarde o temprano, perderíamos un maravilloso amigo, pero ahora te digo que solamente te nos adelantaste, y en algún momento nos volveremos a ver y fuiste un maravilloso ejemplo para todos nosotros.


Tenemos que entender que la vida es un proceso con un inicio y un fin y que una estación de esta ruta es la muerte y aquel día que iniciaste el camino, seguro que a ti también te cogió por sorpresa, y quiero decirte que en el momento que una persona se va para siempre de nuestras vidas el alma sufre hasta no poder resistirlo. Tengo que entender que la muerte es parte de la vida y el dolor se irá dejando atrás cuando el tiempo vaya pasando.
 
Estoy seguro que te fuiste sintiéndote satisfecho por la certeza de haber vivido tu vida amando a tus seres queridos y esforzándote por un mejor mañana para ellos.

Estas palabras no serán suficientes para adormecer nuestra tristeza, pues siempre te tendremos en nuestro recuerdo y alguna lágrima se nos escapará de nuestros ojos al recordarte.


La vida con tu ausencia no será igual pero a pesar del vacío que ahora tengo, siento paz de saber que un día nos reuniremos en el azul del cielo, en la era mesiánica del final de los tiempos, donde la resurrección de los muertos anunciará un " Mundo Venidero " de eterna vida física, en donde la muerte será erradicada para siempre, según la promesa del Mesías. ( Isaías 25:8 ) 

( Francisco Jesús Franco López )



A. David Palacios

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