domingo, 6 de julio de 2014

DIARIO DE MI PUTTA MILI – 7ª PARTE





                                                         Jura de Bandera

Hoy es el gran día y aunque para algunos jurar bandera sea una cosa de fachas o cursi, para un hombre honrado y disciplinado, era todo un honor.

Ha tocado diana a las 06.00 de la mañana pues hay que hacer muchos preparativos y estamos nerviozos perdíos, ya que hoy se verá recompensado todo el esfuerzo que hemos realizado a lo largo de éstos 2 meses.
Con la cara lavá, afeitaíto y la cama echa, bajamos a desayunar bien temprano, pues hoy vamos a desfilar y hacer juramento a la bandera delante de nuestras familias y cientos de personas.

 

Al salir del comedor, nos dirigimos a la armería, donde por orden alfabético, nos irán entregando nuestro cetme que con tanto esmero limpiamos el día antes.
Conforme íbamos saliendo de la armería, nos montábamos en los camiones rumbo a la ciudad, al cuartel de artillería RAMIX 30 al cuál pertenecía mi regimiento, el Grupo de Artillería Antiaérea Ligera Nº VI (GAAAL).

Cuando llegamos al cuartel, nos bajamos de los camiones en la explanada donde se realizaría el acto y nos pusimos a formar, no antes de que nuestro teniente nos diese el obligado discurso de que si no salía bien el desfile, nos cortaría no sé qué cosa que nos cuelga, en fín, que estábamos hasta las manillas...jajajaja.


Estamos en formación esperando que llegue el momento, más de 2 horas al sol, con los cardos de sudor corriendo por la espalda y mirando de lado porque un compañero se había caído desmayado, y la Petra que estaba a mi derecha me decía...
- Killo, qué caló, que me desmayooooo...
Pero ahí estaba yo, el soldaíto español, con la cabeza bien levantá...

                                                         Cachis la mar... !!

Una sensación de nerviosismo nos invadía el cuerpo de arriba a abajo mientras veíamos como los invitados iban tomando posición según los organizadores los iban dirigiendo al lugar correspondiente, y después de hacer acto de presencia las autoridades civiles y militares, llegó el gran momento:

 
Una vez que hubo terminado todo, nos volvimos a montar en los camiones y nos dirigimos al cuartel para cambiarnos de ropa militar a la civil para después reencontrarnos con nuestras familias que mientras, nos estaban esperando en el comedor donde las autoridades militares los estaban obsequiando con una comida en un convite excepcional.

Para los que están deseando de preguntarme, sí, besé la bandera. :)

 
Todo salió a la perfección y nuestros mandos nos felicitaron por ello y se despidieron, pues a la vuelta ya ellos no estarían con nosotros pues ya tendríamos los destinos nuevos asignados a cada uno.

Nos alegramos todos y nos dieron los permisos de una semana como estaba prometido, nos montamos en los camiones de un salto, pues era tal la alegría que teníamos en aquel momento que ya no nos molestaba ni el cansancio ni la caló que hacía, ni ná.

Llegamos al cuartel nuevamente, nos reunimos con nuestras familias y después de presentarnos las novias y los padres los unos a los otros, dimos un paseo por Ceuta mientras esperábamos la hora de embarque, destino:

                                                             “ LA PENI ”



Continuará...




A. David Palacios

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