Bueno, pues una vez
aclarado el tema de las asignaciones de los vehículos que llevaremos en
las maniobras que será tres semanas antes de licenciarnos, hoy hemos
tenido zafarrancho en la batería entre ambiente tenso.
Mañana nos visita
el coronel de nuestra compañía y la batería tiene que estar
impoluta.
Ésta tarde además
hemos ido mis compañeros y yo a hacer footing y estamos aquí
tendidos en las camas to reventaos.
Nos han avisado que
para la semana que viene tenemos las festividades de Santa Bárbara,
patrona de los artilleros y tendremos toda la semana de cháchara y
cachondeo, pues haremos varias competiciones entre las baterías y
será divertido.
Son las tres de la
madrugá y la Petra me ha despertado para que le acompañe al
interior de los búnquers de las piezas de costa, pues los operarios
se han dejado una de las entradas abiertas.
Yo le he dicho que
está malito de lo suyo, que como nos pillen, nos darán la extrema
unción en los calabozos.
Bueno, no sé si
porque estaba medio dormido que me convenció. Salimos a escondidas
de la batería y le dijimos al imaginaria que no había visto nada.
Fuimos hasta la entrada del búnquer que en efecto tenía la puerta
abierta. Nos introducimos y comenzamos a caminar por un túnel en
pendiente, húmedo y a oscuras.
Íbamos descendiendo
en fila india palpando las mugrientas paredes y totalmente
desorientados. Cuando cesó el descenso, entramos a un pasillo que
daba acceso a varias habitaciones y en la primera que entramos había
almacenado munición para las piezas de costa.
Ráudos y veloz
salimos de allí, pues un cosquilleo nos pasó por el cogote al ver
aquellas monstruosidades.
Entramos en otra
habitación y había equipos y motores electrógenos para fabricar
oxígeno y denuevo nos entró el canguelo y salimos. Yo le dije a la
Petra que si nos íbamos ya de allí, que aquello no era una buena
idea y aunque parezca increíble, por una vez me dió la razón.
Así que a oscuras
comenzamos el ascenso por donde habíamos venido, pero nos
encontrábamos en un pequeño laberinto y ahora no sabíamos por
donde retornar.
Cojimos un pasillo
que al fondo se veía como la luz de la luna. Era un patio y por más
que intentábamos recordar, no sabíamos que parte del cuartel era
esa.
Entonces oímos unas
voces y luces de linterna apuntando desde fuera del patio:
- Quién anda por
ahí ?
Nos volvimos en
silencio y comenzamos a correr. A la Petra se le cayeron las gafas y
al agacharse a cogerlas, tiró de una palanca que había en la pared.
Tenía un letrero, pero en la oscuridad no se veía ná.
Entonces sonó una
alarma y una voz electrónica comenzó una cuenta atrás.
! La detonación será en 10, 09, 08, 07... ¡
- Petraaaa, pero qué
has echo?
- Yo sólo me he
agachado a coger las gafas y toqué una palanca sin querer. Tenía un
letrero¡
- Y qué decía?
- Y yo que se.
Seguramente que no tocar¡
- Aro, y tú no
puedes no tocar.¡
- Corramos y salgamos
de aquí antes de que nos pillen los de la guardia. No voy contigo
más ni a coger duros¡
Llegamos a la salida
y nos volvimos para nuestra batería sigilosamente. Le dijimos al
nuevo imaginaria que como se chivara, ajustaríamos cuenta por la
mañana.
Petra me dijo
mientras nos acostábamos en silencio para no despertar a los demás:
- Mira Virtu, la
cuenta atrás ha finalizado. Ves cómo no ocurría ná...
Continuará...
A. David Palacios
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