domingo, 17 de agosto de 2014

DIARIO DE MI PUTTA MILI – 14ª PARTE


Bueno, pues una vez aclarado el tema de las asignaciones de los vehículos que llevaremos en las maniobras que será tres semanas antes de licenciarnos, hoy hemos tenido zafarrancho en la batería entre ambiente tenso.
Mañana nos visita el coronel de nuestra compañía y la batería tiene que estar impoluta.

Ésta tarde además hemos ido mis compañeros y yo a hacer footing y estamos aquí tendidos en las camas to reventaos.

Nos han avisado que para la semana que viene tenemos las festividades de Santa Bárbara, patrona de los artilleros y tendremos toda la semana de cháchara y cachondeo, pues haremos varias competiciones entre las baterías y será divertido.

Son las tres de la madrugá y la Petra me ha despertado para que le acompañe al interior de los búnquers de las piezas de costa, pues los operarios se han dejado una de las entradas abiertas.

Yo le he dicho que está malito de lo suyo, que como nos pillen, nos darán la extrema unción en los calabozos.

Bueno, no sé si porque estaba medio dormido que me convenció. Salimos a escondidas de la batería y le dijimos al imaginaria que no había visto nada. Fuimos hasta la entrada del búnquer que en efecto tenía la puerta abierta. Nos introducimos y comenzamos a caminar por un túnel en pendiente, húmedo y a oscuras.

Íbamos descendiendo en fila india palpando las mugrientas paredes y totalmente desorientados. Cuando cesó el descenso, entramos a un pasillo que daba acceso a varias habitaciones y en la primera que entramos había almacenado munición para las piezas de costa. 

 
Ráudos y veloz salimos de allí, pues un cosquilleo nos pasó por el cogote al ver aquellas monstruosidades.
Entramos en otra habitación y había equipos y motores electrógenos para fabricar oxígeno y denuevo nos entró el canguelo y salimos. Yo le dije a la Petra que si nos íbamos ya de allí, que aquello no era una buena idea y aunque parezca increíble, por una vez me dió la razón.

Así que a oscuras comenzamos el ascenso por donde habíamos venido, pero nos encontrábamos en un pequeño laberinto y ahora no sabíamos por donde retornar.

Cojimos un pasillo que al fondo se veía como la luz de la luna. Era un patio y por más que intentábamos recordar, no sabíamos que parte del cuartel era esa.

Entonces oímos unas voces y luces de linterna apuntando desde fuera del patio:
- Quién anda por ahí ?
Nos volvimos en silencio y comenzamos a correr. A la Petra se le cayeron las gafas y al agacharse a cogerlas, tiró de una palanca que había en la pared. Tenía un letrero, pero en la oscuridad no se veía ná.

Entonces sonó una alarma y una voz electrónica comenzó una cuenta atrás.

                                     ! La detonación será en 10, 09, 08, 07... ¡
- Petraaaa, pero qué has echo?
- Yo sólo me he agachado a coger las gafas y toqué una palanca sin querer. Tenía un letrero¡
- Y qué decía?
- Y yo que se. Seguramente que no tocar¡
- Aro, y tú no puedes no tocar.¡
- Corramos y salgamos de aquí antes de que nos pillen los de la guardia. No voy contigo más ni a coger duros¡

 
Llegamos a la salida y nos volvimos para nuestra batería sigilosamente. Le dijimos al nuevo imaginaria que como se chivara, ajustaríamos cuenta por la mañana.

Petra me dijo mientras nos acostábamos en silencio para no despertar a los demás:
- Mira Virtu, la cuenta atrás ha finalizado. Ves cómo no ocurría ná...

                                                ! LAMAREQUETEPARIÓ ¡  


Continuará...


A. David Palacios


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