jueves, 1 de mayo de 2014

Anillo de fuego!!

Anillo de fuego!!

Éste martes 29 de abril de 2014 ocurriró un eclipse parcial que popularmente se conoce con “Anillo de Fuego” por la rara forma que adopta: una vez que la Luna se interpone entre el Sol y la Tierra, aparece como un disco encendido pero sólo por sus bordes, justo como si un halo de fuego hubiera sustituido a nuestra estrella.

El Anillo de Fuego es, en cierto modo, un evento astronómico ya tradicional. Su periodicidad es de aproximadamente 18 meses y todas las ocasiones en que ocurre genera una gran expectativa. Sin embargo, este 2014 la zona donde será visible es notablemente más reducida en comparación con años anteriores.

En esta ocasión podrá avistarse solo en las latitudes más australes del planeta, siendo uno de los mejores puntos las gélidas regiones de la Antártida.

 
Muchas culturas asocian los eclipses a mitos de todo tipo. Los antiguos chinos creían que un dragón se comía al Sol. De hecho, en chino “eclipse” procede de la palabra “comer”. El nombre mismo de los eclipses en casi todas las lenguas indígenas revela la creencia de que algo o algún ser sobrenatural se comía al Sol o a la Luna. 

La reacción de la gente ante un eclipse era congruente con la creencia de que la luna o el Sol efectivamente eran comidos y eso les infundía un miedo y terror que las castas sacerdotales aprovechaban para control del pueblo.

 
El "comimiento del Sol" podía ser más peligroso, si era comido por completo, ya nunca más alumbraría ni "haría su labor diaria"; por lo tanto, al iniciarse un eclipse solar, toda la gente daba grandes gritos y hacia ruido, para ahuyentar al ser que se estaba comiendo al Sol. 

Esa forma de actuar era, por decirlo así, "extraña", había que espantar al comedor del Sol, pero era necesario complementarla con autosacrificios y con el sacrificios de víctimas apropiadas: los primeros consistían en punzarse las orejas con púas de maguey y pasar por la herida pajuelas o cordeles.

Para el segundo se sacrificaban seres humanos, pero no simplemente para "alimentar al Sol", fin que tenían en general los sacrificios humanos, si no que se buscaban en especial hombres de "cabello blanco y caras blancas" -atributos del dios solar- a quienes sacrificar.

Es un evento de unas características especiales que ningún ser de éste planeta debería perderse y saber que puede ser referencia a esas señales que se dan en los cielos y de la que muchas profecías relatan a lo largo de las múltiples culturas extintas y actuales de hoy día.


A. David Palacios

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