Mucho se ha escrito
en relación a esos extraños sonidos que se lo han denominado “
Las Trompetas del Apocalipsis “. Un zumbido sordo a bajas
frecuencias que se vienen escuchando en diferentes partes del planeta
desde mediados del 2011 y que no todas las personas pueden oirlo.
Pero ésto no
es nuevo. Hay registros de éste fenómeno al menos desde finales de
los 70, cuando en Bristol más de 800 personas afirmaron que podían
oír un molesto sonido a elevado volúmen.
Algunos científicos creen que son producidos por el movimiento de las placas tectónicas al reajustarse tras los movimientos sísmicos que se van produciendo en el planeta. Una teoría plausible si ése fenómeno se hubiese producido siempre y no hay registros de ello antes de 1970.
Otros sin embargo
afirman que son ocasionados al chocar las tormentas solares con el
campo magnético de la Tierra.
El Dr. Elchin
Khalilov dice lo siguiente:
! Hemos analizado
estos registros sonoros y hemos encontrado que la mayoría de sus
espectros caen en la zona de los infrasonidos, que no son audibles
para los humanos. Lo que la gente oye es solo una ínfima parte de la
potencia de estos sonidos. Son emisiones acústicas de baja
frecuencia en el rango de los 20 a 100 Hz modulados por ondas
infrasónicas ultrabajas de 0,1 a 15 Hz. En geofísica son llamadas
ondas acústicas gravitacionales. Son formadas en la alta atmósfera¡.
¿No son audibles
para los humanos? Entonces porqué los oímos? Puede que ahora
tengamos el oído más fino que las generaciones que nos precedieron.
Prueba
Las personas que tienen más imaginación, piensan que quizás sea un mosntruo alienígena dejado aquí por alguna raza extraterrestre para hacer sus investigaciones de campo en la Tierra y se les haya escapado y por consiguiente campa a sus anchas. Opiniones para todos los gustos.
Volviéndonos un
poco más espirituales, creo que nuestra madre Gaia, ha dicho “ ya
no puedo más “.
Prueba
Las personas que tienen más imaginación, piensan que quizás sea un mosntruo alienígena dejado aquí por alguna raza extraterrestre para hacer sus investigaciones de campo en la Tierra y se les haya escapado y por consiguiente campa a sus anchas. Opiniones para todos los gustos.
En la plenitud de
nuestro egocentrismo, si miramos a nuestro alrededor, la humanidad
está destruyendo el ecosistema a pasos agigantados sin importarnos
el daño tan inmenso que le ocasionamos al planeta y otrora, a
nosotros mismos.
No acabamos de
entender que el planeta no es nuestro, sino que nosotros somos parte
de él. Y cómo buena familia, lo compartimos con los demás seres
que en él habitan.
Puede que ese
zumbido sea una llamada de auxilio de Gaia al Cielo!!
A. David Palacios
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