domingo, 18 de mayo de 2014

EL CABALLERO NEGRO





¡Un satélite espía extraterrestre podría estar orbitando la Tierra y podría tener unos 50.000 años de antigüedad!

Como si de una película se tratase, el título y subtítulo de éste artículo es más que sugerente. Pero tiene más viso de realidad que lo que en un principio pudiera parecer.

Durante el desarrollo de una conferencia de prensa en Ginebra a principio de los 90, el Dr. Maskud Chernova, científico ruso espacial afirmó que el satélite fue rastreado por vez primera por las estaciones de radar moscovitas en Diciembre de 1988.

El satélite, que tiene forma de diamante, parece estar protegido por un campo de fuerza muy poderoso, ya que ninguna sonda rastreadora ha conseguido acercarse hasta él.

Inclusive los astrónomos soviéticos, en aquel tiempo, creyeron que se hallaban ante algún satélite provisto de armas y perteneciente al Programa de Defensa «Star Wars», un sistema creado por los gobiernos ruso y estadounidense después de las grandes Oleadas OVNI de los años 70 y 80.


Procedencia Alienígena

De acuerdo con el Dr. Chernova, solo quedaba una posibilidad: el satélite era de procedencia alienígena, y tanto los americanos como los rusos, mantenían el secretismo al máximo nivel, pues es un tema un poco peliagudo y que quizás lo más conveniente fuese que ésta información no transcendiera a la población general para evitar quizás un pánico innecesario.

El Dr. Chernova afirmó:
«Queremos saber de qué se trata ese satélite y qué significa su presencia en nuestra órbita. A través de nuestros satélites en la Tierra, hemos analizado y estudiado ese aparato, y descubrimos que es muy grande y, en términos tecnológicos, presenta un sensible avance sobre sus similares terrestres.

También la distancia de la órbita es bastante mayor que la de cualquier otro satélite terrestre, se cree que para mayor dificultad de ser visualizado, según la poca información que se tiene sobre el supuesto satélite espía extraterrestre, los científicos creen que tiene una capacidad de absorber información muy poderosa y un radiotransmisor para enviar la información a la civilización que lo creo.

El Dr. George Milliard, coincidiendo con Chernova, lo consideró probable evidencia de inteligencia extra planetaria, y afirmó lo siguiente:
«Este misterioso satélite es algo nunca antes visto por nosotros. Yo creo que puede ser la prueba de que un mundo extra planetario nos espía. Al carecer de datos oficiales, se cree que está equipado con un sistema que le permite analizar cada aspecto y circunstancia de nuestro Planeta, estudiando formas de vida, al igual que hacemos los humanos al mandar sondas de investigación a otros planetas de nuestro sistema solar».


 El especialista añadió:

«Obviamente, viaja a una distancia considerable para no acercarse a la Tierra y mantiene una altura mayor que la mayoría de los satélites terrestres; supongo que fue diseñado para estar en el espacio por tiempo indefinido. La sola conjetura de que puede tener más de 50.000 años orbitando nuestro Planeta, nos habla de una tecnología muy avanzada en relación con nuestra ciencia».

Lo sorprendente fue que cuando los rusos pidieron información acerca del artefacto a los norteamericanos, la NASA negó ser propietario del satélite, por lo que dio comienzo una investigación para averiguar a quien podía pertenecer si no era ni de construcción rusa y tampoco norteamericana, solo quedaba Japón y Francia que eran los únicos con capacidad espacial, pero aseguraron que no tenían nada que ver con el artefacto que estaría orbitando la Tierra a una distancia bastante alejada.

Después de muchas investigaciones, sólo quedaba la posibilidad de que la procedencia del aparato y satélite espía fuesen de origen alienígena y demostraría que la civilización que lo creo deberían de tener una tecnología muy avanzada en comparación con la nuestra y que nos espían desde los principios de la civilización en la Tierra.

Mientras aquí en el mundo terrenal nos entretenemos con móviles de última generación, competiciones futbolísticas a nivel mundial y programas telebasura, quizás ahí fuera nos están monitorizando ésa raza alienígena como si de un gran hermano se tratase.

Cómo dijese aquella serie de misterios X Files, "The Truth Is Out There" (“La verdad está ahí fuera”)




A. David Palacios

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